Iberpotash duplica las montañas de residuos salinos en la comarca catalana del Bages mientras elude las obligaciones legales de restauración ambiental

Samuera procedente de la escombrera del Cogulló


Iberpotash, la empresa minera que explota la potasa de la cuenca salina de Cataluña, extrae el mineral del subsuelo en Súria, Sallent y Balsareny, aprovecha el cloruro potásico o potasa y vierte como residuo en gigantescas escombreras el cloruro sódico o sal común. Las escombreras de residuos salinos ensucian el paisaje y salinizan las aguas en la cuenca media de río Llobregat y de su afluente el Cardener. El río Llobregat, junto con el Ter trasvasado, abastecen de agua Barcelona y su área metropolitana.

Coincidiendo con el centenario del descubrimiento de la potasa en un pozo minero de Súria en 1912, Iberpotash ha emprendido un plan de ampliación, el denominado proyecto Phoenix. En una primera fase,  proyecto Phoenix prevé doblar la extracción total en Súria por medio de una nueva rampa de acceso para vehículos cuya construcción se ha iniciado ya, comercializar mayor cantidad de sal gracias a la instalación de una gran planta de elaboración de sal vacuum y, en pocos años, abandonar la explotación en Sallent y Balsareny. En una segunda fase, Iberpotash ampliaría aún más la explotación en Súria y construiría una segunda planta de sal vacuum, siempre que estuviera acompañada de inversiones públicas en líneas eléctricas, en una nueva vía de tren que conectara Súria con el corredor ferroviario mediterráneo, en una nueva terminal en el puerto de Barcelona apta para barcos de mayor calado y en un polígono industrial en terrenos no urbanizables de Callús para nuevas plantas químicas que utilizaran sal y potasa. Iberpotash presenta las plantas de sal vacuum de su proyecto como la salida a los residuos salinos.

Pero los propios datos de la empresa contradicen sus explicaciones. Con el proyecto Phoenix, Iberpotash sigue generando residuos salinos, con lo que las escombreras siguen creciendo y durante más tiempo. El tamaño de las escombreras salinas, actualmente estimado en 70 millones de toneladas de residuos, se duplica a 130 o 140 millones de toneladas en el año 2075.

Iberpotash destina inversiones y planes a la explotación, pero ignora la obligación legal de la restauración de las escombreras salinas, incluso a pesar de su grave perjuicio sobre la calidad del agua. La Generalitat de Catalunya otorgó en los años 2004 y 2008 respectivamente a Súria y a Sallent y Balsareny autorizaciones ambientales en las que los programas de restauración no tenían fecha, plan, ni fianzas acordes con sus costes reales; la restauración se emprendería en un futuro lejano tras haber explotado y vaciado de residuos salinos las escombreras. El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña ha sentenciado ya que el programa y la fianza de restauración en Sallent, donde se levanta la gigantesca escombrera de Cogulló, no se ajustan a la ley.

La administración pública en Cataluña sufraga con centenares de millones de euros los gastos para paliar la salinización de las aguas causada por las escombreras salinas: la construcción de colectores de salmueras, costosas instalaciones de desalinización en plantas potabilizadoras de agua del Llobregat, la impermeabilización y restauración de la escombrera abandonada en Vilafruns (Balsareny), y nuevas obras que serán imprescindibles para el subministro de agua a la población mientras la minería de potasa persiste en ignorar sus obligaciones ambientales.

AM/Montsalat
26.12.2012

  ALERTAMINERA.net

Regresar a inicio